sábado, 4 de mayo de 2013

EL DUELO DUELE.         
 

 
 
Psicólogos, libros, terapeutas hablan acerca del famoso duelo que todas las personas que terminan una relación deben de vivir, para poder sanar, cerrar círculos, volver a empezar, etc. ¿Tenemos idea de qué es el “duelo”? o creemos que con llorar y sumirnos en la depresión estamos comprando el boleto correcto al olvido.

La verdad es que el duelo, duele. Duele vivir las fases, duele que el famoso duelo no sea mágico y duele tener que vivirlo.

Ojalá pudiéramos apretar un botón y olvidar todo lo vivido, sería genial que como colamos un alimento, pudiéramos colar los recuerdos y quedarse solo con lo bueno, desechar lo malo en un solo volteo de colador. Que tal y se pudiera en un desafío a lo normal en el sentir humano, con cada perdida crecer en confianza y alegría hacia las experiencias vividas. Entonces, el duelo es un “mal” necesario; si no lo vivimos, si huimos de él, iremos por la vida  con heridas sin sanar, repitiendo los mismos errores, usando personas, lastimando a otros y lo peor, a nosotros mismos.

Walter Riso en su libro “Manual para no morir de amor” se refiere a las cuatro etapas del duelo, aquí  les presento a la letra estas etapas, la idea es que si estás viviendo una pérdida sentimental importante, leas esto, te autoanalices y te ubiques en las etapas como  lo expone el autor.

 
…En la primera etapa hay un embotamiento de la sensibilidad; el sujeto se siente aturdido e incapaz de entender lo ocurrido (puede durar horas o semanas). Sin embargo, cuando la dinámica se ve alterada, los deudos se quedan inmovilizados en este punto. El aturdimiento se transforma en insensibilidad y reaccionan como si nada hubiera pasado, cuando en realidad están destrozados por dentro. A los ojos de cualquier observador desprevenido, todo parece normal e incluso suele alabarse la fortaleza del que sufre la pérdida; no obstante el estancamiento va acumulando sentimientos y pensamientos de todo tipo, hasta que un día esa energía reprimida explota en forma de crisis tardía. Como quien dice: «La procesión va por dentro». La aparente lucidez no era más que un mecanismo de defensa. Esta suspensión del procesamiento emocional se denomina: ausencia de aflicción consciente, y cuando ocurre se requiere de ayuda profesional.
 
La segunda etapa se caracteriza por el anhelo y la búsqueda. La persona que  ha sufrido la pérdida, sencillamente, no la acepta. Aquí pueden aparecer manifestaciones como llanto, congoja, insomnio, pensamientos obsesivos, sensaciones de presencia de la persona ausente (y obviamente visitas a videntes y brujos), cólera y rabia... en fin, se intenta restablecer inútilmente el vínculo que se ha roto. Es una etapa de ansiedad y desesperación en la que el sujeto no quiere darse por vencido (puede durar de dos a tres meses).
 
En una tercera etapa, pese al dolor, el sujeto empieza a ver la realidad y a admitir la pérdida. Ve las cosas como son y, lógicamente, se agudiza la tristeza (puede durar entre dos y tres meses). Si la persona se queda en esta etapa, sobreviene la depresión y con ella un trastorno conocido como duelo crónico o trastorno de adaptación,  que requiere de ayuda profesional.
 
La cuarta etapa es la fase de reorganización y es cuando se origina la renuncia de toda esperanza por recuperar el ser que se ha ido. El individuo retoma la iniciativa y las ganas de vivir. Aquí se estructuran y se asimilan los nuevos roles que hay que desempeñar y tiene lugar el comienzo de una nueva vida...

 

Chicas: es importante hacer contacto con las perdidas amorosas, si te captas estancada en alguna de estas fases, sería recomendable buscar ayuda profesional o si estas fugando tu sentir con otras cosas como medicinas, drogas, alcohol, relaciones pasajeras, exceso de trabajo, o cualquier cosa de la que te agarres para no hacer contacto, busca ayuda, habla, grita, llora y no te aísles, el DUELO DUELE, pero vale la pena vivirlo, por la simple posibilidad de un NUEVO COMENZAR….

 
 
 
 
 Luz Aideé Lomelí Mendoza.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Para consultar: http://www.walter-riso.com/files/capitulos/manual-para-no-morir-de-amor.pdf




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